Travelodge, la cadena de hoteles baratos más popular del Reino Unido, publica cada año el listado de las cosas que sus clientes olvidan en sus establecimientos. Aunque muchas se repiten, siempre queda un hueco para la sorpresa. Incluso aunque sea un año raro.
Este año, alguien se dejó un perro husky siberiano. Y una enamorada, dando una muy mala impresión de lo que pensaba de su futuro compañero, se olvidó del anillo de compromiso. Casi nada. Sobre todo explicar tamaño despiste.
Pese a que muchos hoteles han estado cerrados algún tiempo por la epidemia, las pérdidas de objetos se han mantenido.
Este año, hay más artículos vinculados a la epidemia. Por ejemplo, hay médicos que han perdido su estetoscopio o, incluso, sus batas. Alguien se dejó el diario personal de una enfermera que documenta su experiencia de trabajar durante la pandemia. Y, por supuesto, Travelodge se ha quedado lleno de mascarillas personalizadas, la nueva moda.
La jefa de comunicación de la cadena añadió que “cuando se trata de saber por qué tantos clientes olvidan sus objetos preciados, básicamente se debe a que no tenemos tiempo, llevamos múltiples tareas y tenemos prisa. En la prisa, las posesiones valiosas se olvidan fácilmente.”
Alguien se dejó un Robot R2-D2; un árbol del dinero, con billetes de 50 libras por valor de 10.000 libras; un traje y una calavera de William Shakespeare; un oso polar de 1,8 metros (obviamente, de peluche); un casco Union Jack; un certificado de matrimonio de 60 años; un libro de pegatinas de fútbol de 50 años perteneciente a un devoto aficionado del Liverpool; un mensaje en una botella que era una propuesta de boda; el susodicho anillo de compromiso de Cartier o hasta una maleta llena de juegos de mesa.
Fuente: Preferente
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